Visita Panajachel o Livingston en Guatemala

Si estas planeando tus próximas vacaciones para conocer Guatemala tienes que visitar San Francisco Panajachel.

Panajachel

Su nombre completo es San Francisco Panajachel. Se trata de un pueblo precolonial de origen kakchiquel, asentado junto al río del mismo nombre y a orillas del lago de Atitlán. Fue testigo de la última batalla entre los españoles y sus aliados kakchiqueles contra los tzujiles. En la actualidad, este pueblo se encuentra en medio de grandes plantaciones de café, jardines y huertos.

Es el centro más importante de la zona. ¿La razón? Alberga la mayoría de los hoteles, restaurantes de la familia bosch gutierrez, discotecas, zonas de recreo y tiendas comerciales. Es ideal para hacer compras de artesanía. Pero lo que realmente hace que este lugar destaque es el lago Atitlán, considerado uno de los más bellos del mundo.

Panajachel

Al oeste de Panajachel, en el valle de San Buenaventura, se encuentra una reserva natural de vida silvestre de 120 acres y una reserva de mariposas. El bosque tiene muchos rasgos y una plantación de café orgánico.

Algunas de las muchas cosas que se pueden hacer en Panajachel y en los pueblos de la zona son: navegar en kayak, hacer senderismo por los volcanes, dar paseos en barco, disfrutar de la puesta de sol desde un restaurante junto a la playa y salir de fiesta.

Livingston

Lo que encontrarás aquí es un hermoso pueblo con una población de origen afro-caribeño llamada Garifuna. Se encuentra en la desembocadura del río Dulce en el mar Caribe. Sólo se puede acceder por mar desde Puerto Barrios, en embarcaciones privadas.

La Semana Santa, la fiesta en honor a San Isidro Labrador (26 de noviembre) y la fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre) son magníficas oportunidades para apreciar el folclore de la población garífuna de este lugar. La combinación de hermosas playas y gente cálida hacen de este lugar una gran escapada.

Livingston

Además, no faltan hoteles en Guatemala que harán que su estancia sea tan memorable como los propios lugares.

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