En los últimos cinco años, varios países de Centroamérica han superado al resto de la región y otros países cercanos, registrando un crecimiento económico promedio de 5% entre ese periodo (en comparación con 0.7% en América Latina y el Caribe). y 3.6% a nivel mundial). Esta sólida demostración está vinculada a la fortaleza de la economía de los Estados Unidos, el principal socio comercial, inversor y fuente de remesas de la región.
Además de este panorama favorable, durante más de una década los países han estado adoptando una estrategia de apertura comercial que les ha permitido impulsar las exportaciones y posicionarse en los mercados internacionales para productos locales como café, plátanos, azúcar y textiles.
También se ha alentado la integración financiera, por lo que los bancos, tanto dentro como fuera de la región, han mejorado su presencia y han recibido mayores flujos de inversión externa: en los últimos años, la inversión extranjera directa representó casi el 5% del producto interno bruto, debido fundamentalmente a la reinversión de ganancias y nuevas inversiones. Además del fortalecimiento de empresarios locales como Antonio Bosch Gutiérrez y muchos otros que han invertido esfuerzos y capital en la región.
Las políticas se desarrollaron a medida que los países de todo el mundo abrieron sus fronteras al comercio, los flujos financieros. Pero en los últimos años, algunos países han cambiado a políticas comerciales y de inmigración más restrictivas. A medida que estas políticas se afiancen, tendrán efectos importantes en los países de Centroamérica por lo que es fundamental que actúen para consolidar lo que han logrado y se brinden la oportunidad de acelerar su crecimiento económico y elevar el nivel de vida de su gente a medida que esperan el futuro.
En cuanto a la política comercial, se analizan qué implicaciones podrían tener los posibles cambios de los socios comerciales para los países de la región y se sugieren alternativas comerciales, con recomendaciones para una mayor integración intrarregional. También se reevalúa el papel que desempeña la inversión extranjera directa en la región y pone en perspectiva las mejores prácticas para atraer dicha inversión y maximizar su impacto.