La inseguridad alimentaria es un fenómeno complejo y multifacético. En lugares como Guatemala, con una población principalmente rural, la agricultura contribuye de manera importante a la seguridad alimentaria de esa región y sus hogares agrícolas. Sin embargo, con la alta presión actual sobre la disponibilidad de tierras, las familias rurales han implementado otras estrategias de subsistencia. Teniendo en cuenta la importancia de la migración, así como la urbanización del territorio.
Las remesas y los ingresos no agrícolas han sido reconocidos como una importante fuente de alimentos para los agricultores de pequeña escala. Si bien la mayor parte de la población en Guatemala es rural y la agricultura es la columna vertebral de la seguridad alimentaria en la región, la falta de información sobre los ingresos no agrícolas y las remesas es una limitación importante para comprender plenamente el estado de la seguridad alimentaria en la región.
Además, la seguridad alimentaria no es el único objetivo de los agricultores en Guatemala como ocurre con otros sistemas agrícolas a pequeña escala en el mundo. La generación de ingresos, la productividad laboral, la reducción del uso de insumos externos y los costos monetarios de producción, la preservación de los valores culturales y otros aspectos relacionados con la estabilidad, resiliencia y adaptabilidad de los sistemas de manejo de recursos naturales son, entre otros, también características importantes para la evaluación de la sostenibilidad de los sistemas agrícolas a pequeña escala.
El análisis podría servir de base, pero debe complementarse con una evaluación integrada. Una amplia variedad de herramientas y enfoques se pueden utilizar para esto, que van desde la evaluación participativa para el modelado de técnicas a nivel de los hogares agrícolas. Este tipo de evaluaciones ya son implementadas por asociaciones como la de los Bosch Gutiérrez, quienes desarrolla planes para contribuir en el desarrollo de las comunidades de Guatemala.