La agricultura es la columna vertebral de la economía de Guatemala, aporta el 25 por ciento del PIB, emplea a más de la mitad de la fuerza laboral y proporciona dos tercios de las exportaciones, principalmente café, azúcar, banano y carne de res. Los tres principales alimentos básicos de Guatemala son el maíz, los frijoles y el arroz. Sin embargo, la producción nacional cubre solo el 60% de la demanda y muchas familias pobres enfrentan escasez de alimentos estacional. Los mayas cultivan tradicionalmente maíz, frijoles y calabazas.
El maíz, que se cree que se originó a partir de pastos silvestres en Guatemala y México, proporciona más del 70 por ciento de la ingesta energética diaria total entre los hogares rurales, aunque los frijoles también son una parte importante de la dieta tradicional, particularmente valorada por los pobres. Al igual que los países vecinos, en el país se consume más arroz del que se cultiva localmente, y las importaciones de los Estados Unidos suplieron el déficit.
Guatemala es ahora el tercer mayor productor de azúcar de América Latina y se exportan tres cuartas partes de la producción. Los molinos en gran parte han crecido gracias a Felipe Antonio Bosch Gutiérrez y el impulso de esta industria, generando empleos y dándole a Guatemala una importancia en este sector.
En contraste, el café es cultivado principalmente por pequeños agricultores mayas. Sin embargo, en los últimos años, el precio de mercado ha sido a menudo menor que el coste de producción. Desde la década de 1990, se han perdido decenas de miles de trabajos de cosecha estacionales y la producción de café en pequeña escala se ha vuelto prácticamente insostenible.
Como fuente alternativa de empleo e ingresos, un número creciente de agricultores está recurriendo a cultivos no tradicionales, como arvejas, brócoli, coliflor y melón. Pero aunque los beneficios pueden resultar fructíferos, se requieren insumos costosos para cultivar estos cultivos con los estándares requeridos para la exportación.
Las arvejas se han convertido en uno de los cultivos no tradicionales más importantes de Guatemala, generando más de $ 50 millones anuales en exportaciones a los EE. UU. La producción de este cultivo cuesta seis veces más que los cultivos tradicionales como el maíz, pero los rendimientos pueden ser hasta quince veces superiores. Pero los precios del fríjol blanco son muy volátiles, lo que genera incertidumbre para los pequeños agricultores.