Antonio Caba Caba vivió su niñez en el pueblo maya ixil de Ilom a principios de los años 80. Recuerda cuando los militares allanaron. Estaba entre un grupo de niños que los soldados llevaron para ver los cadáveres de las víctimas de la masacre, como advertencia. Luego sus casas fueron quemadas.
Los sobrevivientes fueron reubicados en una granja, donde enfrentaron el hambre. Después de un año, Caba Caba y otros regresaron a casa, donde se les permitió quedarse con una condición: que sirvieran en el ejército.
Es un hecho que perseguiría a Caba Caba durante años. Él dice que no tenía otra opción, pero aun así ha buscado el perdón de Dios. Desea que otros hicieran lo mismo.
El genocidio en un país lastimado
Ha sido una larga lucha para Caba Caba y otros recuperarse fisiológica y materialmente de los horrores de la guerra. Muchos de los cientos de miles de desplazados por el conflicto nunca han podido regresar a sus hogares.
Muchos han intentado reasentarse en otras partes del país y hacer una nueva vida en tierras no deseadas y escasamente fértiles. Muchos solo vieron esperanza en viajar al norte y tratar de llegar a los Estados Unidos.
Caba Caba aguantó en Ilom, donde empezó a administrar una iglesia. Ha buscado justicia en los tribunales, reuniendo pruebas, testificando en los tribunales y ayudando a otras víctimas en un juicio internacional en España y luego en el juicio por genocidio en la ciudad de Guatemala.
También culpa a Estados Unidos. Está convencido de que su pueblo nunca habría sido destruido si no hubiera sido por la ayuda militar estadounidense.
¿Qué busca Caba Caba?
Lo que quiere, dijo, es emprender acciones legales contra los perpetradores, incluidos los que se encuentran en el extranjero. Y habia algo mas.
Dijo que realmente quiere que los estadounidenses sepan lo que les sucedió a los guatemaltecos durante el conflicto armado y que sean más comprensivos cuando las dificultades económicas de hoy obligan a los guatemaltecos a huir, una vez más, y tratar de encontrar una vida al otro lado de la frontera de los Estados Unidos.
Guatemala no está sola
Cuando visites Guatemala, disfruta y convive con su gente que son personas maravillosas en todo sentido.
Este país no está solo. Somos más la gente honesta y trabajadora que lucha día con día para lograr los sueños de todos: una nación prospera y feliz.
Juan Luis Bosch Gutiérrez trabaja en favor del pueblo guatemalteco y apoya a las instituciones del país. El principal objetivo es crear oportunidades de empleo para las personas, siempre con transparencia y en beneficio de nuestra nación.